En la búsqueda del equilibrio entre el control de la inflación y el fomento del pleno empleo que la Reserva Federal se ha esforzado siempre en mantener, la balanza ha acabado por inclinarse. Con el recorte de tipos de interés de 25 puntos básicos anunciado en septiembre por la Reserva Federal, el primero en nueve meses, el banco central parece haber convertido al mercado laboral en una de sus mayores preocupaciones.
A pesar de los indicios que apuntan a un aumento de la inflación, la entidad ha optado por recortar los tipos de interés, tras conocer los débiles datos de empleo y la creciente preocupación por la ausencia de contratación por parte de las empresas en el contexto de incertidumbre económica derivado de los aranceles y los conflictos comerciales.
«Creo que la Reserva Federal va a prestar más atención al mercado laboral que a la inflación», afirma Tom Hollenberg, gestor de renta fija. «En mi opinión, básicamente la entidad está dando a entender que la inflación derivada de los aranceles es algo puntual, lo que allana el camino para un recorte de tipos ahora y para recortes adicionales de aquí a final de año».
«Para bien o para mal, nos encontramos al inicio de un nuevo ciclo de recortes de tipos de interés», añade. «Los recortes pueden ser de 50 o de 75 puntos básicos, o quizás más. La Reserva Federal ha puesto la inflación en segundo plano, y creo que esta decisión tiene su importancia».