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Comercio

Cinco factores que podrían impulsar la economía estadounidense

La economía estadounidense ha demostrado una sorprendente solidez en los seis meses transcurridos desde que el presidente Donald Trump anunciara la larga lista de aranceles contra prácticamente todos sus socios comerciales. Tras el conocido como «Día de la Liberación», el temor a una recesión inminente se ha moderado y los inversores han comenzado a vislumbrar un futuro sin la amenaza de una guerra comercial provocada por los aranceles.

 

«La incertidumbre en torno a los aranceles no ha desaparecido del todo, pero el gobierno se ha alejado de la política de confrontación para apostar por la vía de la negociación», afirma Cheryl Frank, gestora de renta variable.

 

La ralentización del crecimiento del empleo y los patrones de consumo parecen apuntar al debilitamiento de la economía. Sin embargo, tal y como señala Frank, hay razones para el optimismo. Desde la aprobación de la ley fiscal a la caída de los tipos de interés, la incertidumbre se ha reducido en muchos frentes en comparación con meses anteriores. A continuación, analizamos cinco factores que podrían impulsar la expansión de la economía estadounidense.

 

El crecimiento de la economía estadounidense ha sorprendido continuamente al alza

Fuente: Capital Group, Bloomberg. El consenso refleja las estimaciones del crecimiento interanual del PIB real de Estados Unidos elaboradas por los analistas de entidades de venta o intermediación. El PIB real (producto interior bruto) es el valor ajustado por inflación de los bienes y servicios generados por el trabajo y el capital situados en Estados Unidos.

1. La Reserva Federal inicia el ciclo de recortes de tipos

 

El último recorte de tipos de interés de la Reserva Federal llegó en un momento de debilidad económica, concretamente de ralentización del crecimiento del empleo. La entidad anunció recortes adicionales hasta 2028, apuntando así a una postura de orientación expansiva.

 

Los recortes de tipos suelen traducirse en un aumento del gasto empresarial y de la contratación, así como en un incremento de las ventas de bienes de gran valor, como automóviles y viviendas. «Hay una larga lista de compañías que están esperando a que bajen los tipos, especialmente las vinculadas al mercado inmobiliario», señala Frank. Entre las posibles beneficiarias estarían minoristas como Home Depot, fabricantes de sistemas de refrigeración y calefacción como Carrier Global y compañías de pinturas como Sherwin-Williams.

 

Los mercados han recompensado a los inversores cuando los recortes de tipos de interés se han producido fuera del marco de una recesión. De media, el índice S&P 500 ha ofrecido una rentabilidad del 27,9%, y la del índice Bloomberg US Aggregate ha sido del 16,7%.

 

Los recortes de tipos de interés fuera del marco de una recesión han impulsado las ganancias

Fuente: Capital Group, Bloomberg Index Services Ltd., Morningstar, Standard & Poor's. Los cálculos de rentabilidad reflejan la rentabilidad total anualizada durante los periodos en los que la Reserva Federal de Estados Unidos interrumpió las subidas de tipos y comenzó los recortes activos, medidos desde el tipo máximo alcanzado hasta el mínimo de cada ciclo. Los ciclos de recortes de tipos son los siguientes: de agosto 1984 a agosto 1986 (sin recesión), de mayo 1989 a septiembre 1992 (con recesión), de febrero 1995 a enero 1996 (sin recesión), de marzo 1997 a noviembre 1998 (sin recesión), de mayo 2000 a junio 2003 (con recesión), de junio 2006 a diciembre 2008 (con recesión) y de diciembre 2018 a marzo 2020 (con recesión). Los índices utilizados son el índice S&P 500 (renta variable estadounidense), el MSCI World ex USA (renta variable internacional), el índice Bloomberg US Aggregate (renta fija estadounidense) y el tipo de inversión medio de los títulos del Tesoro estadounidense a tres meses (efectivo). Información a 31 diciembre 2024.

No obstante, continúa preocupando la posibilidad de que los costes de financiación no bajen lo suficiente como para reactivar el gasto. Después de todo, la Reserva Federal ya recortó los tipos de interés en septiembre de 2024, solo para ver cómo subía el rendimiento de los títulos del Tesoro estadounidense a diez años, que es el indicador de referencia para los costes de financiación. ¿El culpable? Una serie de datos económicos sorprendentemente sólidos, que llevaron a los inversores a reajustar sus expectativas de política monetaria e impulsaron al alza los rendimientos.

 

En lo que va de año, el rendimiento de los títulos del Tesoro estadounidense a diez años ha caído aproximadamente medio punto, situándose en el 4,26% el 1 de octubre desde el nivel de 4,79% que registraba en enero. Tal y como explica Damien McCann, gestor de renta fija, una Reserva Federal más conciliadora, sobre todo si el gobierno logra ejercer mayor influencia sobre la fijación de los tipos de interés, podría estudiar herramientas menos convencionales para contener los rendimientos a largo plazo. «No es una predicción, pero sí una posibilidad que merece tenerse en cuenta».

 

2. La ley fiscal funciona como un enorme paquete de medidas de estímulo

 

Una de las principales características de la nueva ley fiscal (One Big Beautiful Bill Act) es la inclusión de rebajas fiscales retroactivas para 2025, con devoluciones a los contribuyentes previstas para principios de 2026.

 

Otros aspectos de la ley, como las exenciones aplicables a las horas extra y a las propinas, se traducen en devoluciones de impuestos inusualmente elevadas, que podrían superar los 200.000 millones de dólares a principios del próximo año. «Podría funcionar como un enorme paquete de medidas de estímulo», afirma Frank. Esta inyección puntual de liquidez puede suponer un fuerte impulso psicológico para la confianza de los consumidores y aliviar en cierta medida la inflación derivada de los aranceles.

 

La ley también favorece a las compañías que invierten en Estados Unidos, ya que reduce su base imponible. En concreto, las compañías podrán desgravarse de manera inmediata el gasto en investigación y desarrollo, las inversiones de capital y la construcción de nuevas fábricas.

 

De este modo, las compañías tecnológicas y de defensa podrían registrar un fuerte aumento de su flujo de caja libre.

 

La ley no favorece a todos los sectores, ya que elimina algunos de los incentivos que se concedían a las compañías de energía limpia y seguros de salud. Además, el plan aumenta la deuda nacional de manera significativa a largo plazo, lo que podrían avivar la inflación y afectar al crecimiento.

 

3. La desregulación puede impulsar el crecimiento más allá de la inteligencia artificial

 

Un entorno normativo más laxo podría favorecer a ciertas compañías, incluidas aquellas que han quedado al margen del auge experimentado por la inteligencia artificial.

 

«Muchas compañías que no están a la vanguardia tecnológica se han quedado atrás», afirma Brittain Ezzes, gestora de renta variable. «En términos generales, la desregulación podría ayudar a que las empresas se sintieran más cómodas a la hora de realizar nuevas inversiones». Entre los sectores que podrían verse favorecidos por ello están el de la energía, el industrial y el de las telecomunicaciones.

 

Los inversores también están atentos a la desregulación del sector bancario, ya que los ajustes adecuados podrían impulsar la actividad crediticia en los distintos sectores, lo que favorecería a la economía en su conjunto. Por ejemplo, Wells Fargo Bank ha sido objeto durante varios años de un intenso control normativo y ha visto limitada su capacidad para hacer crecer sus ingresos. Sin embargo, Ezzes considera que la compañía tiene potencial: el banco contrató un nuevo equipo directivo en 2019 que ha estado trabajando desde entonces para restablecer la confianza en la entidad. Si se elimina la restricción al crecimiento de sus activos y se impone un entorno normativo más favorable, Wells Fargo podría ampliar su actividad de crédito y su potencial de beneficios.

 

«El impulso de desregulación del gobierno estadounidense podría hacer que las empresas se sintieran menos limitadas a la hora de tomar decisiones de inversión», añade McCann. Los gigantes de la televisión por cable Charter Communications y Cox Communications tienen previsto fusionarse y Union Pacific pretende crear un sistema ferroviario que cubra todo el territorio nacional mediante la adquisición de Norfolk Southern. Ambas operaciones sugieren la existencia de una tendencia más amplia de consolidación empresarial que podría poner a prueba la tolerancia de los reguladores en materia de competencia. Por otro lado, tal y como advierte McCann, una reducción del control normativo implica que los inversores tengan que prestar más atención a los posibles riesgos.

 

4. El aumento del gasto en defensa impulsa el crecimiento a largo plazo

 

En opinión de Frank, a medida que los socios de la OTAN aumenten sus presupuestos en defensa, podría dispararse la demanda de productos en una amplia gama de sectores.

 

En junio, los países miembros de la OTAN se comprometieron a aumentar su gasto en defensa del 2% al 5% del PIB en 2035, lo que supone un enorme cambio de tendencia en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas en el que los aranceles amenazan las cadenas de suministro y tensan las alianzas. Alemania ha tomado la delantera y ha anunciado un agresivo paquete de medidas de estímulo fiscal centrado principalmente en los ámbitos de la defensa y las infraestructuras. 

 

Los países miembros de la OTAN han duplicado con creces los compromisos de gasto en defensa

Fuente: Capital Group, OTAN. Las cifras de 2024 son estimaciones basadas en los datos más recientes disponibles, a fecha de 28 agosto 2025. El nuevo compromiso del 5% se anunció el 27 junio 2025. El porcentaje del PIB se basa en precios y tipos de cambio constantes, según índices de 2021. La OTAN define el gasto en defensa como los pagos efectuados por los Estados con el objetivo de satisfacer las necesidades de sus fuerzas armadas, las de los Aliados o las de la Alianza. La defensa de las infraestructuras críticas comprende inversiones destinadas a proteger dichas infraestructuras, reforzar las redes, financiar la innovación y fortalecer la base industrial de defensa.

El aumento de los presupuestos de defensa podría impulsar el crecimiento a largo plazo de muchas compañías estadounidenses, ya que la mayoría de los sistemas avanzados de defensa se fabrican en Estados Unidos. Por ejemplo, la compañía RTX, conocida por sus sofisticados sistemas de radar y defensa antimisiles, ha registrado un fuerte aumento de la demanda gracias a los programas de modernización de los países europeos y de Oriente Próximo. La creciente adopción de la tecnología de drones también podría beneficiar a la compañía estadounidense Northrop Grumman, así como a la británica BAE Systems.

 

En Alemania, la cartera de pedidos en el sector de defensa sigue creciendo. Rheinmetall, uno de los principales fabricantes de sistemas avanzados, ha registrado un aumento del 29,9% en su volumen de pedidos, que ha alcanzado un valor de 63.200 millones de euros a 30 de junio de 2025.

 

5. Siguen aumentando las inversiones en inteligencia artificial

 

Impulsada por la llegada de ChatGPT, la economía de la inteligencia artificial se ha convertido en un importante factor de crecimiento económico para Estados Unidos. A 30 de junio de 2025, el gasto en tecnología, que incluye la actividad de investigación y desarrollo y los centros de datos, representaba en torno al 7,5% del PIB estadounidense, superando así el máximo alcanzado durante la etapa de las puntocom y con expectativas de seguir aumentando.

 

«Los sistemas de inteligencia artificial han experimentado un notable avance, pero aún nos encontramos en las primeras etapas del proceso de adopción que marcará la próxima década», afirma Mark Casey, gestor de renta variable. Casey anticipa una adopción generalizada de la tecnología en todos los sectores, lo que podría impulsar la productividad y la innovación.

 

Sin embargo, el impacto económico será desigual: algunas compañías se verán muy favorecidas por la tecnología de la inteligencia artificial, mientras que otras caerán o tendrán que hacer frente a ciertas dificultades. Casey considera que, a lo largo de los próximos diez años, asistiremos al crecimiento del ecosistema de la inteligencia artificial, pero también a un escenario de ciclicidad, con periodos de optimismo que se alternarán con etapas de corrección cuando las expectativas superen temporalmente a la realidad.

 

Una economía en movimiento

 

La economía estadounidense se encuentra en una posición vulnerable. Los factores que suelen impulsar el crecimiento, como la creación de empleo, la confianza de los consumidores y la inversión empresarial, se han estancado. Los nuevos motores de crecimiento aún no han demostrado su eficacia y podrían tener repercusiones a largo plazo sobre la situación fiscal del país y sus alianzas geopolíticas. La inflación se mantiene en niveles elevados y aún está por ver cuál será el impacto total de los aranceles. Por su parte, la influencia de la inteligencia artificial en los mercados y en el PIB complica el panorama.

 

No obstante, sigue habiendo razones para el optimismo: Estados Unidos ha demostrado una y otra vez que los más pesimistas son los que acaban por equivocarse. A largo plazo, los inversores que han mantenido su inversión en los periodos de aumento de la incertidumbre y de la volatilidad de los mercados han salido reforzados. «Soy partidaria de mantener la inversión», afirma Frank. «Incluso en aquellos mercados que se muestran excesivamente optimistas o demasiado temerosos, la disciplina y el enfoque en los fundamentales me ayudan a hacer frente a la volatilidad».

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Cheryl Frank es gestora de renta variable y cuenta con 27 años de experiencia en el sector de la inversión (a 31 diciembre 2024). Está licenciada por la Universidad de Harvard y tiene un MBA por Standford.

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Damien McCann es gestor de renta fija y cuenta con 25 años de  experiencia en el sector de la inversión (a 31 diciembre 2024). Está licenciado en Administración de Empresas con especialización en Finanzas por la California State University, Northridge, Además, es analista financiero colegiado (CFA®).

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Brittain Ezzes es gestora de renta variable y cuenta con 27 años de experiencia en el sector de la inversión (a 31 diciembre 2024). Tiene una licenciatura en Relaciones Internacionales y Estudios Rusos por la Universidad de Brown.

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Mark Casey es gestor de renta variable y cuenta con 24 años de experiencia en el sector de la inversión (a 31 diciembre 2024). Está licenciado por la Universidad de Yale y tiene un MBA por Harvard. 

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