No obstante, continúa preocupando la posibilidad de que los costes de financiación no bajen lo suficiente como para reactivar el gasto. Después de todo, la Reserva Federal ya recortó los tipos de interés en septiembre de 2024, solo para ver cómo subía el rendimiento de los títulos del Tesoro estadounidense a diez años, que es el indicador de referencia para los costes de financiación. ¿El culpable? Una serie de datos económicos sorprendentemente sólidos, que llevaron a los inversores a reajustar sus expectativas de política monetaria e impulsaron al alza los rendimientos.
 
En lo que va de año, el rendimiento de los títulos del Tesoro estadounidense a diez años ha caído aproximadamente medio punto, situándose en el 4,26% el 1 de octubre desde el nivel de 4,79% que registraba en enero. Tal y como explica Damien McCann, gestor de renta fija, una Reserva Federal más conciliadora, sobre todo si el gobierno logra ejercer mayor influencia sobre la fijación de los tipos de interés, podría estudiar herramientas menos convencionales para contener los rendimientos a largo plazo. «No es una predicción, pero sí una posibilidad que merece tenerse en cuenta».
 
2. La ley fiscal funciona como un enorme paquete de medidas de estímulo
 
Una de las principales características de la nueva ley fiscal (One Big Beautiful Bill Act) es la inclusión de rebajas fiscales retroactivas para 2025, con devoluciones a los contribuyentes previstas para principios de 2026.
 
Otros aspectos de la ley, como las exenciones aplicables a las horas extra y a las propinas, se traducen en devoluciones de impuestos inusualmente elevadas, que podrían superar los 200.000 millones de dólares a principios del próximo año. «Podría funcionar como un enorme paquete de medidas de estímulo», afirma Frank. Esta inyección puntual de liquidez puede suponer un fuerte impulso psicológico para la confianza de los consumidores y aliviar en cierta medida la inflación derivada de los aranceles.
 
La ley también favorece a las compañías que invierten en Estados Unidos, ya que reduce su base imponible. En concreto, las compañías podrán desgravarse de manera inmediata el gasto en investigación y desarrollo, las inversiones de capital y la construcción de nuevas fábricas.
 
De este modo, las compañías tecnológicas y de defensa podrían registrar un fuerte aumento de su flujo de caja libre.
 
La ley no favorece a todos los sectores, ya que elimina algunos de los incentivos que se concedían a las compañías de energía limpia y seguros de salud. Además, el plan aumenta la deuda nacional de manera significativa a largo plazo, lo que podrían avivar la inflación y afectar al crecimiento.
 
3. La desregulación puede impulsar el crecimiento más allá de la inteligencia artificial
 
Un entorno normativo más laxo podría favorecer a ciertas compañías, incluidas aquellas que han quedado al margen del auge experimentado por la inteligencia artificial.
 
«Muchas compañías que no están a la vanguardia tecnológica se han quedado atrás», afirma Brittain Ezzes, gestora de renta variable. «En términos generales, la desregulación podría ayudar a que las empresas se sintieran más cómodas a la hora de realizar nuevas inversiones». Entre los sectores que podrían verse favorecidos por ello están el de la energía, el industrial y el de las telecomunicaciones.
 
Los inversores también están atentos a la desregulación del sector bancario, ya que los ajustes adecuados podrían impulsar la actividad crediticia en los distintos sectores, lo que favorecería a la economía en su conjunto. Por ejemplo, Wells Fargo Bank ha sido objeto durante varios años de un intenso control normativo y ha visto limitada su capacidad para hacer crecer sus ingresos. Sin embargo, Ezzes considera que la compañía tiene potencial: el banco contrató un nuevo equipo directivo en 2019 que ha estado trabajando desde entonces para restablecer la confianza en la entidad. Si se elimina la restricción al crecimiento de sus activos y se impone un entorno normativo más favorable, Wells Fargo podría ampliar su actividad de crédito y su potencial de beneficios.
 
«El impulso de desregulación del gobierno estadounidense podría hacer que las empresas se sintieran menos limitadas a la hora de tomar decisiones de inversión», añade McCann. Los gigantes de la televisión por cable Charter Communications y Cox Communications tienen previsto fusionarse y Union Pacific pretende crear un sistema ferroviario que cubra todo el territorio nacional mediante la adquisición de Norfolk Southern. Ambas operaciones sugieren la existencia de una tendencia más amplia de consolidación empresarial que podría poner a prueba la tolerancia de los reguladores en materia de competencia. Por otro lado, tal y como advierte McCann, una reducción del control normativo implica que los inversores tengan que prestar más atención a los posibles riesgos.
 
4. El aumento del gasto en defensa impulsa el crecimiento a largo plazo
 
En opinión de Frank, a medida que los socios de la OTAN aumenten sus presupuestos en defensa, podría dispararse la demanda de productos en una amplia gama de sectores.
 
En junio, los países miembros de la OTAN se comprometieron a aumentar su gasto en defensa del 2% al 5% del PIB en 2035, lo que supone un enorme cambio de tendencia en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas en el que los aranceles amenazan las cadenas de suministro y tensan las alianzas. Alemania ha tomado la delantera y ha anunciado un agresivo paquete de medidas de estímulo fiscal centrado principalmente en los ámbitos de la defensa y las infraestructuras. 
 
Los países miembros de la OTAN han duplicado con creces los compromisos de gasto en defensa