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Comercio

Cinco razones por las que los aranceles no han hundido la economía estadounidense

La inquietud que han provocado los aranceles estadounidenses en los mercados financieros se ha ido desvaneciendo en las últimas semanas, principalmente porque hay otras cuestiones que reclaman la atención y porque las consecuencias económicas de los aranceles solo se están dejando sentir de manera gradual. Sin embargo, ahora que disponemos de datos, resulta interesante evaluar dónde nos encontramos en un entorno de comercio internacional en rápida evolución, hacia dónde vamos y cuáles son los efectos que se han producido hasta ahora.

 

Últimamente se está diciendo mucho que los efectos de los aranceles no tienen fundamento y se han exagerado en exceso. Sin embargo, lo que ocurre es que tanto los propios aranceles como su efecto en la economía están materializándose a un ritmo más lento del que se esperaba, y el argumento de que los aranceles no tienen ningún coste dista mucho de la realidad. En este artículo lo explicamos.

 

1. El tipo arancelario real es solo del 11%

 

Las compañías están haciendo todo lo que está en su mano para retrasar o evitar el pago de aranceles. Algunas se adelantan a la aplicación de los aranceles, emplean diversas vías burocráticas para evitar el pago o desvían el comercio por otras rutas. Todavía existe una diferencia entre el tipo impositivo legal, de aproximadamente el 17%, y lo que realmente están pagando las empresas, que se acerca más al 11%. Además, la decisión del gobierno de Donald Trump de modificar ciertos aranceles durante el verano también ha hecho que el tipo legal sea mucho menos drástico de lo que parecía el pasado 2 de abril, o Día de la Liberación, cuando el presidente estadounidense anunció un amplio paquete de aranceles a la importación que afectaba a todos sus socios comerciales.

 

El nivel definitivo de aranceles dependerá en última instancia de los próximos anuncios de la Casa Blanca y de las negociaciones futuras, principalmente con grandes socios comerciales como China, Canadá y México. No obstante, un nivel del 15% parece bastante probable una vez que se agoten las existencias previas a la imposición de aranceles y las relaciones comerciales se ajusten al nuevo régimen.

Los aranceles estadounidenses han aumentado, pero menos de lo que se esperaba

Un gráfico lineal muestra los aranceles efectivos y legales aplicados a las importaciones estadounidenses entre enero de 1990 y agosto de 2025. Partiendo de alrededor del 3% en 1990, los tipos arancelarios efectivos descendieron gradualmente hasta situarse en torno al 2% entre 2000 y 2018. Entre 2018 y 2025, los tipos arancelarios efectivos subieron, situándose aproximadamente entre el 2,5% y el 3,5%, antes de aumentar drásticamente a partir de enero de 2025 y alcanzar su máximo en abril de 2025. Aunque el tipo arancelario legal alcanzó el 26% en abril de 2025, el tipo efectivo se ha mantenido más bajo, cerrando agosto de 2025 en el 11,5% frente al tipo legal del 18,2%.
Fuente: Capital Group, The Budget Lab (Yale), Oficina del Censo de Estados Unidos, Departamento del Tesoro estadounidense. Los últimos datos disponibles son hasta 2025, a fecha de 19 septiembre 2025. El tipo arancelario efectivo legal es el impuesto sobre las importaciones fijado por ley por un gobierno, mientras que el tipo arancelario efectivo real se calcula a partir de los ingresos arancelarios recaudados por el gobierno divididos entre el valor total de las importaciones.

2. El impacto macroeconómico era previsible

 

La regla general que muchos han utilizado como referencia es que un incremento de un 1% de los aranceles aumentará la inflación en 10 puntos básicos y frenará el crecimiento del PIB en 5 puntos. Los aranceles eran aproximadamente del 2% el año pasado y ahora están en torno al 11%, lo que se traduce en un 0,8% sobre la inflación y un 0,4% sobre el crecimiento.

 

¿Qué es lo que ha pasado en realidad? Durante la primera mitad del año se ha registrado una notable ralentización del crecimiento del producto interior bruto (PIB), atribuida en gran medida a la inestabilidad derivada del entorno arancelario y comercial. Las previsiones de consenso sobre el PIB anual están hoy en torno a 0,6 puntos porcentuales por debajo de lo que estaban antes del Día de la Liberación. En el crecimiento del PIB influyen otros muchos factores, pero pensamos que en esta revisión a la baja de las previsiones ha pesado mucho la incertidumbre en torno al contexto comercial.

 

En lo que se refiere a la inflación, resulta razonable atribuir al menos unas décimas del 2,9% actual a los efectos acumulativos de los aranceles. Muchas previsiones apuntan a un ligero aumento de la inflación en los próximos meses, aun cuando ya hemos asistido a una cierta ralentización en algunas áreas clave como la vivienda y el mercado laboral. En nuestra opinión, gran parte del incremento de la inflación está relacionada con los aranceles, lo que significa que probablemente no estemos tan lejos de la regla general mencionada anteriormente.

 

3. Aún no hemos visto el impacto del aumento gradual de los precios

 

Cabe señalar que el aumento hasta el tipo arancelario actual del 11% ha sido gradual. Si analizamos los ingresos reales derivados de los aranceles, vemos que comenzamos con unos aranceles de aproximadamente el 2% antes del Día de la Liberación y a partir de ahí hemos asistido a un incremento prácticamente lineal hasta el 11% que reflejan los datos de junio y julio.

Fuerte aumento de los ingresos del gobierno estadounidense derivados de los aranceles

Fuente: Capital Group, Departamento del Tesoro estadounidense. Se utilizan los derechos de aduana como indicador de los ingresos por aranceles. Los últimos datos disponibles son hasta 2025, a fecha de 18 septiembre 2025.

Eso significa dos cosas. Por un lado, aún no hemos visto el efecto completo de este aumento gradual de los precios, y el nivel de existencias continúa reduciéndose, lo que permite a las compañías ir repercutiendo de manera gradual los costes arancelarios a los consumidores. Además, sigue habiendo una brecha entre los tipos arancelarios legales y los reales, lo que significa que los aranceles podrían ir aumentando a medida que va resultando más difícil evitar su aplicación. Algunas compañías están retrasando el aumento de los costes, en la esperanza de que los aranceles acaben teniendo carácter temporal. Y tal vez sea así en algunos casos, ya que estamos a la espera de que se resuelvan varias causas judiciales al respecto. Pero, salvo que se produzca un cambio drástico, tanto el tipo arancelario efectivo como sus consiguientes efectos macroeconómicos están llamados a aumentar.

 

En nuestra opinión, ninguna de estas cuestiones augura una recesión inminente. La importación de bienes representa únicamente el 11% del PIB estadounidense, por lo que probablemente se necesitaría un nuevo Día de la Liberación para hundir realmente la economía estadounidense. Sin embargo, el contexto sí que implica que tanto la inflación como el crecimiento están siendo empujados en la dirección equivocada. Es complicado determinar cuál va a ser el impacto exacto sobre los precios al consumo, ya que la ralentización general de la economía está llevando a la inflación en la dirección contraria. Ello podría llevar a algunos expertos a afirmar que los aranceles no provocan subidas de precios. Pero los datos subyacentes así lo reflejan, lo que debería ser motivo de preocupación para la Reserva Federal, ya que aumenta la presión a favor de nuevos recortes de tipos de interés.

 

4. Las negociaciones comerciales continúan

 

Aunque es probable que las tensiones comerciales vuelvan a aparecer de forma periódica, confiamos en que, cuando se anuncien nuevos aranceles, el impacto en los mercados sea más moderado que el observado en el Día de la Liberación. Ya sabemos que volverá a hablarse de aranceles y comercio el próximo año, cuando se renegocie el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá. México y Canadá se preparan para ello con una cierta inquietud. Además, la negociación podría tener consecuencias en otras regiones. Para Estados Unidos, una de las cuestiones más importantes es que tanto México como Canadá acepten imponer unos aranceles más altos a China. Recientemente hemos asistido a ciertos avances en este frente, ya que México ha aumentado los aranceles sobre algunos productos chinos, como los automóviles.

 

Es probable que en 2026 otras cuestiones como la actuación de la Reserva Federal, la evolución de los tipos de interés y la política fiscal ganen en importancia al comercio y los aranceles, sobre todo a medida que se vayan acercando las elecciones legislativas estadounidenses. Sin embargo, esperamos que el comercio siga ocupando un segundo lugar muy relevante, en lugar de convertirse en un asunto cerrado y relegado al pasado.

 

5. La globalización está cambiando profundamente

 

A pesar de la extrema incertidumbre que han provocado este año los aranceles, la actividad de comercio internacional ha seguido avanzando. Los países siguen comerciando entre sí y los datos registrados desde principios de año no muestran una ralentización de los niveles comerciales fuera de Estados Unidos. La globalización no ha terminado, sino que está cambiando de una forma que no habíamos visto en décadas. Se están redefiniendo las líneas de suministro, reescibiendo las normas e incrementando los costes de la actividad comercial.

La globalización continúa avanzando, pero a otro ritmo

 

Comercio internacional como porcentaje del PIB mundial

 

Fuente: Capital Group, OCDE, Banco Mundial. El comercio internacional se calcula como la suma de exportaciones e importaciones de bienes y servicios, y se representa como un porcentaje del producto interior bruto mundial (PIB). Los últimos datos disponibles son hasta 2024, a fecha de 18 septiembre 2025.

Es evidente que el modelo de globalización que conocíamos, basado en el consenso de Washington y desarrollado tras la Segunda Guerra Mundial, muestra claros signos de agotamiento. Es posible que en los próximos años los bienes físicos no circulen con tanta libertad como en el pasado. Podría aplicarse un enfoque regional al libre comercio, con la creación de bloques comerciales más pequeños. Y lo más seguro es que hasta dentro de un tiempo no sepamos cómo va a ser el nuevo consenso. Después de todo, se tardó varias décadas en redactar las antiguas normas de la globalización, y el proceso para llegar al nuevo orden comercial mundial también será largo.

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Tryggvi Gudmundsson es economista y cuenta con 16 años de experiencia en el sector de la inversión (a 31 diciembre 2024). Tiene un doctorado de la London School of Economics and Political Science, y una licenciatura y un máster en Economía por la Universidad de Islandia.

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Tom Cooney es asesor de política internacional de Capital Group. Cuenta con 32 años de experiencia en el ámbito de los asuntos exteriores y se incorporó a Capital Group en 2023. Antes de incorporarse a la gestora, Tom trabajó como vicepresidente de política pública global de General Motors. Previamente, fue ministro consejero en el Servicio Exterior Superior del Departamento de Estado de Estados Unidos. Tom ejerció como diplomático estadounidense durante 25 años, con múltiples destinos en embajadas en China y Sudamérica, entre los que destaca el cargo de Embajador interino de Estados Unidos en Argentina (Encargado de Negocios). Es licenciado en Comunicaciones por la Universidad de Cornell y tiene un máster en Ciencias Empresariales Internacionales por la Universidad de Carolina del Sur. Tiene su oficina en Los Ángeles. 

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