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VOLATILIDAD DE LOS MERCADOS

La volatilidad del mercado en perspectiva: cinco gráficos

Los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump han vuelto a poner en el punto de mira la volatilidad de los mercados.

 

Después de que el pasado 2 de abril Trump anunciara aranceles a casi todos sus socios comerciales, el índice S&P 500 entró brevemente en territorio bajista, una señal poco habitual de extremo pesimismo económico que se produce cuando el mercado cae un 20% o más desde su nivel máximo. La tregua de 90 días en la aplicación de los aranceles recíprocos anunciada el día 9 de abril provocó una subida del 9,5% del índice, que volvió a caer un 3,5% al día siguiente.

 

El impacto se extendió al mercado de títulos del Tesoro estadounidense, lo que podría explicar la decisión de Trump de retrasar la aplicación de ciertos aranceles. El rendimiento de los títulos del Tesoro a diez años, que representa uno de los pilares del sistema financiero internacional, pasó del 4,01% registrado unos días antes al 4,34%.

 

En un contexto de gran incertidumbre como el actual, los inversores podrían mostrar ciertas dudas sobre su enfoque de inversión. Es lógico tratar de encontrar otras opciones que ofrezcan mayor tranquilidad en momentos de inestabilidad de los mercados. Pero es igualmente importante dar un paso atrás, ganar perspectiva y pensar a largo plazo.

 

Los datos históricos nos demuestran que los mercados siempre se han recuperado de caídas pasadas, si bien no hay garantía de que las caídas del mercado vayan a ir seguidas de posteriores repuntes. A continuación, analizamos cinco factores que podrían ayudar a los inversores a recuperar la confianza y mantener su inversión a largo plazo.

 

1. En caso de dudas, es mejor tomar distancia

 

Si nos remontamos a 2018, los aranceles que el primer gobierno de Trump impuso a China desencadenaron una guerra comercial que sembró el pánico en los mercados y acapararon toda la atención, más o menos como está pasando ahora. Además, los dos cierres del gobierno estadounidense, las complicadas negociaciones del brexit y las reñidas elecciones legislativas en Estados Unidos no hicieron más que acentuar el pesimismo de los mercados.

 

¿Cómo reaccionaron los mercados de renta variable? El temor a que una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo desembocara en una ralentización de la economía mundial provocó en 2018 una caída del 4,4% del índice S&P 500, que llegó a caer un 19,4% entre el 20 de septiembre y el 24 de diciembre de ese año. Sin embargo, el índice volvió a subir con fuerza en 2019, con una subida del 31,1%, gracias al anuncio de acuerdos comerciales y a la estabilización del consumo.

 

No podemos saber si la inestabilidad de los mercados en 2025 puede dar lugar a un 2026 más tranquilo, pero es posible que las elecciones legislativas del próximo año lleven al gobierno estadounidense a tratar de alcanzar acuerdos comerciales y a centrar su atención en cuestiones más básicas que favorezcan el optimismo en lugar de la incertidumbre.

Los mercados se recuperaron tras la incertidumbre comercial vivida durante el primer mandato de Trump

Las rentabilidades obtenidas en el pasado no garantizan rentabilidades futuras.

Fuente: Capital Group, Standard & Poor's. El valor de la inversión hipotética en el índice S&P 500 refleja la rentabilidad total del índice desde el 1 enero 2018 al 31 diciembre 2019. 

2. Los mercados suelen recuperarse con rapidez

 

Aunque es posible que los mercados se muestren muy imprevisibles en periodos de aumento de volatilidad, lo cierto es que suelen recuperarse con rapidez. De hecho, la rentabilidad de los mercados de renta variable suele ser especialmente sólida después de registrarse fuertes caídas. La rentabilidad media a doce meses del índice S&P 500 registrada inmediatamente después de una caída del 15% o superior es del 52%. Esa es la razón por la que suele ser mejor no dejarse llevar por los nervios y mantener la inversión.

Sólida rentabilidad de los mercados de renta variable tras fuertes caídas

Las rentabilidades obtenidas en el pasado no garantizan rentabilidades futuras.

Fuente: Capital Group, Standard & Poor's. Cada caída del mercado refleja una caída de al menos el 15% del valor del índice S&P 500, sin reinversión de los dividendos. Información a 31 diciembre 2024.

¿Con qué frecuencia las correcciones del mercado del 10% o más en el índice S&P 500 se convierten en mercados bajistas prolongados? Pues resulta que no muy a menudo. Normalmente suele tratarse de periodos cortos de caídas que oscilan entre el 5% y el 10%. Aunque pueden suscitar cierta preocupación, lo cierto es que entre 1954 y 2024 los mercados han registrado, de media, un par de caídas de 5% al año, mientras que las correcciones del 10% o más se han producido de media cada 18 meses. Aunque es habitual que se produzcan caídas durante el año, la buena noticia es que la rentabilidad anual del índice ha sido positiva en 37 de los últimos 49 años naturales.

 

3. Los mercados bajistas han tenido una duración relativamente reducida

 

Un enfoque a largo plazo puede ayudar a los inversores a poner en perspectiva los periodos bajistas. Entre el 1 de enero de 1950 y el 31 de diciembre de 2024, el índice S&P 500 registró 11 periodos con caídas superiores al 20%. Y aunque habría sido difícil soportar una caída media del 33% anual en estos periodos de caída, podría haber sido aún peor perderse la media de rentabilidad del 265% registrada durante los periodos alcistas.

 

Por otra parte, los mercados bajistas suelen durar mucho menos que los mercados alcistas. De media, los periodos bajistas han durado 12 meses, lo que, si bien puede parecer una eternidad, no es nada comparado con los 67 meses de media de los mercados alcistas. Otra razón por la que no es aconsejable tratar de anticipar el comportamiento de los mercados a la hora de tomar decisiones de inversión.

El enfoque a largo plazo nos ayuda a tomar perspectiva

Fuente: Capital Group, RIMES, Standard & Poor's. Información a 31 diciembre 2024. El mercado alcista que comenzó en 2022 es el actual a 31 diciembre 2024 y no se incluye en los cálculos de la media del mercado alcista. Mercado bajista: caídas de precio con una diferencia entre el máximo y el mínimo superior al 20% en el índice S&P 500. Mercado alcista: el resto de periodos. Los resultados se muestran en escala logarítmica.

La mayoría de los mercados bajistas coinciden con recesiones, que también son relativamente poco frecuentes. Cuando no hay recesión, una economía en expansión puede favorecer el crecimiento de los beneficios empresariales, lo que a su vez favorece a los precios de la renta variable. Las caídas del mercado que no se han producido en el marco de una recesión han sido normalmente más cortas que las que se han registrado durante una recesión, con una duración aproximada de seis meses frente a 17.

 

Resulta difícil predecir cuándo va a empezar la próxima recesión. Por ejemplo, muchos inversores anticipaban una recesión cuando la Reserva Federal comenzó a subir los tipos de interés en 2022 para combatir el fuerte aumento de la inflación. Sin embargo, la economía estadounidense creció y los mercados registraron ganancias superiores al 10% en 2023 y 2024.

 

En el entorno actual, los elevados aranceles aumentan el riesgo de recesión. La incertidumbre política está llevando a las compañías a interrumpir la contratación y la inversión y a los consumidores a reducir el gasto. Sin embargo, la economía ya ha sorprendido en otras ocasiones, así que aún es demasiado pronto para saber si podría producirse una pérdida generalizada de empleos, que es lo que suele caracterizar a una recesión.

 

4. La renta fija puede ofrecer equilibrio cuando más se necesita

 

En periodos de ralentización del crecimiento económico, es cuando la renta fija suele brillar más. De hecho, esa es la razón por la que los fondos de bonos de gran calidad suelen ser la base de una cartera clásica compuesta en un 60% por renta variable y en un 40% por renta fija. Aunque la asignación exacta puede variar, el objetivo de una cartera diversificada es generar una rentabilidad atractiva minimizando al mismo tiempo el nivel de riesgo.

 

La renta fija tiende a subir cuando los mercados de renta variable caen, un patrón que estamos viendo también este año. Desde principios de año hasta el 15 de abril de 2025, la renta fija ha subido un 1,88%, frente a la caída del 7,89% del índice S&P 500. 2022 fue un año excepcional en este sentido, ya que tanto la renta variable como la renta fija cayeron en un contexto de aumento de la inflación y rápidas subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal.

 

Los mercados anticipan recortes de tipos este año en previsión de una ralentización económica provocada por los aranceles. La Reserva Federal ha de hacer frente a una situación complicada a la hora de determinar la respuesta política adecuada, ya que debe equilibrar los problemas a los que se enfrentan el mercado laboral y el crecimiento con las posibles presiones inflacionistas.

 

No obstante, la entidad suele responder con recortes de tipos a los entornos de recesión económica, lo que podría haber contribuido a impulsar la rentabilidad de los fondos de renta fija durante estos periodos, tal y como refleja el índice Bloomberg US Aggregate Bond. Los bonos suelen ofrecer diversificación en periodos de corrección de los mercados de renta variable, ya que su precio aumenta cuando disminuyen los rendimientos.

 

Además, la renta fija ofrece hoy un atractivo potencial de generación de rentas, por lo que los inversores podrán asumir menos riesgo con bonos de gran calidad sin dejar de cumplir sus expectativas de rentabilidad.

La renta fija podría volver a ofrecer diversificación en periodos de caída del mercado de renta variable

Fuente: Capital Group, Morningstar, Bloomberg. Información a 31 marzo 2025. Para los periodos de corrección de los mercados de renta variable que se registraron entre 2010 y 2023, las cifras del índice S&P 500 y del índice Bloomberg U.S. Aggregate se calcularon utilizando la rentabilidad media acumulada. Las correcciones se basan en caídas de precios del 10% o más (sin dividendos reinvertidos) en el índice S&P 500 con una recuperación de al menos el 75%. La rentabilidad acumulada se basa en la rentabilidad total. La corrección más reciente comenzó el 19 febrero 2025 y sigue en curso.

 

5. Recompensa para los inversores a largo plazo que mantienen su inversión

 

En periodos de volatilidad de los mercados, es difícil resistirse a la tentación de «hacer algo». La idea de mantener la inversión no resulta muy atractiva cuando los mercados y las emociones se disparan. Sin embargo, en muchos casos, lo mejor es no hacer nada.

 

El siguiente gráfico muestra dos perspectivas contrarias sobre el mismo periodo de diez años hasta 2024. La perspectiva a corto plazo muestra las oscilaciones mensuales del mercado, con una caída especialmente fuerte del 12% en marzo de 2020 cuando la pandemia paralizó el mundo y congeló la economía mundial.

 

La perspectiva a largo plazo muestra una inversión hipotética de 10.000 dólares durante el mismo periodo. Un inversor que hubiera mantenido su inversión durante los diez años, aguantando los altibajos que registró el mercado durante la pandemia, habría multiplicado por más de tres su dinero y hoy tendría 34.254 dólares.

Dos perspectivas distintas de una misma inversión pueden contar una historia muy diferente

Fuente: Standard & Poor’s. La perspectiva a corto plazo representa al índice S&P 500 y refleja los porcentajes de rentabilidad mensual desde el 31 diciembre 2014 al 31 diciembre 2024. La perspectiva a largo plazo está representada por una inversión inicial hipotética de 10.000 dólares en el mismo índice durante el mismo periodo, sobre la base de la rentabilidad anual.

¿Qué nos enseña todo esto? Es cierto que resulta difícil resistir ante las caídas del mercado, pero en lugar de tratar de anticipar el comportamiento del mercado, los inversores deberían mantener su inversión. Con el fin de hacer frente a la volatilidad de los mercados, deben tratar de diversificar sus carteras entre renta fija y renta variable y analizar periódicamente su tolerancia al riesgo para enfrentarse a un entorno de aumento de la volatilidad. Aunque pueda parecer que esta vez es diferente, los mercados han mostrado capacidad de resistencia a lo largo de la historia cuando han tenido que hacer frente a guerras, pandemias y otras crisis.

Las rentabilidades obtenidas en el pasado no garantizan rentabilidades futuras. No está permitido invertir de forma directa en un índice, que no se gestiona. El valor de las inversiones y las rentas generadas por las mismas pueden subir o bajar y es posible que los inversores no recuperen los importes invertidos inicialmente. El presente material no pretende ofrecer ningún tipo de asesoramiento de inversión, fiscal o de cualquier otra naturaleza, ni constituye una oferta ni una solicitud de compra o venta de valores.
 
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