Las compañías que operan en sectores no cíclicos pueden mejorar su perfil financiero y reducir el riesgo de refinanciación. Por ejemplo, en el segmento de grado de inversión, ciertas farmacéuticas, como Amgen, están reduciendo su nivel de deuda tras las adquisiciones realizadas recientemente. En el segmento de alto rendimiento, la compañía del sector de las telecomunicaciones Charter Communications cuenta con fuentes de ingresos recurrentes, mientras que compañías de seguridad y defensa como Axon Enterprises podrían verse menos afectadas por el ciclo económico.
El rendimiento inicial de los sectores de renta fija caracterizados por generar un mayor nivel de rentas, como la deuda de grado de inversión, la de alto rendimiento y la de mercados emergentes, ofrece una vía de acceso atractiva a los inversores a largo plazo. Aun en el caso de que los diferenciales con respecto a los títulos del Tesoro estadounidense aumentaran y repercutieran en el precio, el componente de rentas debería favorecer la rentabilidad. Además, los recortes de tipos de interés que la Reserva Federal podría anunciar en los próximos meses podrían también favorecer la rentabilidad de la deuda, especialmente la de los títulos a más largo plazo.
Se prevé que las tasas de impago se mantengan en niveles reducidos en relación con su media histórica de aproximadamente el 3%. «Muchos emisores de deuda corporativa de alto rendimiento refinanciaron deuda antes de que aumentara la volatilidad a consecuencia de los aranceles, por lo que no hay un vencimiento importante e inminente de los títulos de deuda», añade Chow.
Además, la calidad crediticia del mercado de alto rendimiento ha aumentado de manera significativa en los últimos diez años. El segmento BB, que es el de mayor calificación del tramo, representa actualmente más del 50% del mercado de deuda estadounidense de alto rendimiento.
Oportunidades en los mercados emergentes
La previsión de ralentización de la economía mundial, la caída de los precios de la energía y la reducción de la inflación subyacente apuntan a una trayectoria de recortes de tipos de interés en los mercados emergentes. Por otra parte, la escasa presión a favor de la revalorización del dólar hace que los balances, que suelen llevar a los bancos centrales de los mercados emergentes a mantener una política monetaria más restrictiva en entornos de aversión al riesgo, ya no tengan un papel tan decisivo.
«Si bien la posibilidad de que la aversión al riesgo siga siendo más alta de lo habitual dado el contexto de incertidumbre en torno a la política exterior de Estados Unidos, los mercados emergentes están en una posición relativamente sólida para hacer frente a las futuras dificultades, ya que, en su mayoría, presentan unos fundamentales sólidos y unos factores técnicos favorables», afirma Kirstie Spence, gestora de renta fija.
La caída de la inversión extranjera en deuda emergente denominada en divisa local y el aumento de la base nacional de inversores en la mayoría de las regiones ofrecen protección frente a la fuga de capitales, ya que los inversores nacionales suelen tener plazos y objetivos diferentes a los de los inversores extranjeros y suelen constituir una fuente de demanda más estable.
Por otra parte, si se mantiene la tendencia de salida de los activos estadounidenses, la reducida participación extranjera en la mayoría de las regiones de los mercados emergentes hace que siga habiendo margen para dar cabida a nuevas entradas de capital extranjero.
La renta fija en un mundo en evolución
La economía estadounidense ha demostrado capacidad de resistencia en un contexto de alta inflación y rendimientos elevados, que se mantienen en los niveles más altos de las últimas décadas. Sin embargo, las negociaciones comerciales y otras iniciativas políticas complican las perspectivas económicas. Aunque la mayoría de los economistas y de los inversores no creen que la economía vaya a entrar en recesión, sí que piensan que han aumentado las probabilidades de que acabe siendo así.
«El crecimiento mantiene su solidez gracias a la buena situación de los mercados laborales y de los beneficios empresariales en Estados Unidos, pero los riesgos a corto plazo para el crecimiento parecen inclinarse ligeramente a la baja», afirma Purani. «A largo plazo, la evolución de las alianzas políticas y económicas podría hacer que cambiaran también los factores que han impulsado tradicionalmente el crecimiento económico en las distintas regiones, lo que podría aumentar la dispersión. Este contexto favorece el papel de la renta fija como elemento de equilibrio de las carteras de inversión y pone de manifiesto el valor potencial de la gestión activa».